El 4 de marzo de este año, el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, fueron atacados con un gas neurotóxico del tipo Novichok, en la ciudad inglesa de Salisbury, en Wiltshire y ahora los investigadores británicos, que observaron horas y horas de videovigilancia de la zona comercial donde se produjo el envenenamiento, tambien la zona de residencia del ex agente ruso y comparando los datos con personas que habían entrado en el país en esas fechas, establecieron que los autores del envenenamiento son todos ciudadanos rusos. El paso para acusar a Moscú es corto. Dicen desde el Kremlin que están esperando una declaración oficial antes de responder. La guerra de los espías continúa: Skripal e su hija están vivos, pero las analogías con un asunto similar, que condujo a la muerte de Aleksandr Litvinenko, ex agente de la Kgb, son obvias. Moscú está de nuevo en el banquillo de los acusados. Será guerra entre Gran Bretaña y Putin.